El derecho al olvido sigue dando mucho que hablar y generando polémicas. Desde la sentencia emitida por el Tribunal Superior de Justicia Europeo el pasado mes de Mayo, la cantidad de solicitudes recibidas por un buscador como Google supera ya las 160.000. Con este número de peticiones, es fácil deducir que se pueden encontrar solicitudes muy variadas.
Hace unas semanas, nos hicimos eco de un informe de transparencia publicado por la propia compañía de Mountain View donde se pueden encontrar una pequeña muestra de las peticiones enviadas. La mayoría de los casos publicados se refieren a temas controvertidos: relacionados con delitos de todo tipo, imágenes de menores…Pero el derecho al olvido también nos deja otros casos más curiosos.
Uno de los ejemplos más recurrentes es el del futbolista Eden Hazard que, aprovechando esta normativa, quiso que los aficionados olvidarán su decepcionante actuación en la pasada Copa del Mundo de la FIFA 2014 celebrada en Brasil. Este fubtolista no es el único que quiere que su carrera no se pueda ver afectada por un mal día. El pianista Dejan Lazic también trata de ampararse en este derecho al olvido para eliminar una mala crítica.
En fechas recientes hemos podido saber que Lazic ha pedido a The Washington Post la supresión de sus enlaces a una crítica publicada por este medio en 2010 y firmada por Anne Midgette. Lazic cree que este artículo visible en la primera página de resultados de Google puede perjudica su imagen y puede afectar su carrera en el mundo de la música y lucha por eliminar la opinión de la crítica especializada en música clásica.
El pianista y compositor Dejan Lazic nació en la ciudad de Zagreb (Croacia) y cuenta con nacionalidad austriaca. Al ser ciudadano europeo, Lazic cree que la sentencia del Tribunal Europeo es aplicable a su caso. El artista considera que la crítica publicada por The Washington Posts es ofensiva e irrelevante por lo que debería ser atendida. Pero el caso es complicado por dos motivos fundamentales.
Por un lado, se trata de un artículo de opinión y, como tal, es algo subjetivo y no una información como tal. Y por otro, nos encontramos con que la información se publicó en un medio estadounidense. El punto de vista y la percepción que se tiene del derecho al olvido en Estados Unidos choca de pleno con la sentencia del «caso Costeja» y desde este país son muy críticos con la mencionada normativa.