El reciente caso de hackeo de la web Ashley Madison confirma la percepción del derecho al olvido en Internet como una herramienta de protección de la privacidad y reputación online de los usuarios.
El caso “Ashley Madison”
Este sitio web es uno de los más populares entre aquellas personas que buscan tener una aventura estando especialmente orientada a la búsqueda de relaciones extramatrimoniales. El hackeo de sus bases de datos ha dejado expuestos información personal y financiera de 39 millones de usuarios.
La supuesta razón que ha llevado a un grupo de hackers -identificado como Team Impact– ha realizar esta opción es que para borrar una cuenta en esta web de citas había que pagar 19 dólares (al menos para que el borrado fuera completo). Los atacantes reclamaron que esta opción fuera gratuita y, a pesar de que los responsables de Ashley Madison cumplieron con esta condición, los datos de los usuarios se han hecho públicos de igual manera.
Efectos colaterales: intentos de estafa
Uno de los problemas que se han derivado de este ataque es que hay personas que están intentando lucrarse del mismo enviando falsos mensajes donde se amenaza con divulgar el perfil de un usuario en esta web sino se paga cierta cantidad de dinero.
La gran mayoría de estos casos son falsos o solo sirven de excusa para tratar de hacer circular malware y otros tipos de virus.
El derecho al olvido, ¿tabla de salvación?
Lo verdaderamente grave es que muchas personas han visto como se vulnera su intimidad y, además de perjudicar su reputación online (y su relación de pareja), pueden sufrir otros problemas ya que entre los datos publicados se incluyen informaciones tales como nombre completo, cuentas de correo, descripciones físicas y transacciones de tarjetas de crédito.
Una situación que ha llevado a parte de los afectados a recurrir al derecho al olvido como medida para limitar el daño que pueda sufrir su imagen pública y prestigio en Internet.
Con estas solicitudes, los afectados tratan de conseguir que Google suprima de sus páginas de resultados los enlaces a los sitios donde se han publicado los datos robados de las bases de datos de Ashley Madison. La aplicación de esta normativa no consigue que se elimine la información ya publicada pero sí se dificulta el acceso a la misma ya que -de ser aceptadas las peticiones- no se podrán encontrar a través de los motores de búsqueda al realizar una consulta con el nombre del afectado.
La privacidad en Internet otra vez a debate
El hackeo de esta web vuelve a poner el debate sobre la privacidad y seguridad de nuestros datos en Internet. Los responsables de Ashley Madison presumían de ofrecer un servicio discreto y seguro pero se ha visto que no era completamente cierto. Dado que este tipo de casos son cada vez más comunes, lo más aconsejable es extremar las precauciones acerca de qué datos personales compartimos y dónde lo hacemos.